Prepararse para un futuro sostenible

En la actualidad, las empresas están enfrentando cada vez más una presión creciente para adoptar y promover prácticas sustentables. A medida que la gente alrededor de mundo es cada vez más consciente de la necesidad de proteger el planeta, el tema del desarrollo sostenible se ha convertido en uno de los principales focos de atención de los individuos, gobiernos y empresas. Para garantizar que nuestras economías y sociedades puedan seguir prosperando, las empresas deben asegurarse de que están preparadas para los retos de un futuro sostenible. Estas tendencias están generando nuevas oportunidades para las empresas, pero también nuevos desafíos que exploramos en este artículo.

Cambio climático

Uno de los retos más acuciante para lograr un futuro sostenible es el cambio climático. Los efectos del calentamiento global ya se dejan sentir en fenómenos meteorológicos extremos y en la subida del nivel del mar, amenazando la estabilidad de países y economías. Por ello, las empresas deben empezar a considerar cómo afectará el cambio climático a sus operaciones y desarrollar estrategias para mitigar los riesgos.

Además de los efectos del cambio climático, las empresas también deben tener en cuenta las cambiantes normativas y políticas que se están poniendo en marcha para fomentar el desarrollo sostenible. Esto puede incluir desde impuestos sobre las emisiones de dióxido de carbono hasta incentivos para la utilización de energías renovables. Estas políticas son esenciales para animar a las empresas a reducir su impacto medioambiental. Asimismo, las empresas deben conocerlas para garantizar su cumplimiento.

Muchas empresas están adoptando una postura de carbono cero neto, lo que significa que la cantidad total de dióxido de carbono que emiten a la atmósfera está equilibrada por la cantidad de dióxido de carbono que eliminan. Esto incluye la reducción de emisiones, la inversión en energías renovables y la captura y almacenamiento de dióxido de carbono. Estas estrategias ayudan a las empresas a reducir sus huellas de carbono y, al mismo tiempo, a mejorar su imagen. La economía circular también es un tema importante para las empresas. Esta estrategia se basa en el principio de que los recursos deben ser preservados y reutilizados. Esto significa que las empresas deben desarrollar estrategias para reducir el desperdicio, reciclar los materiales, reutilizar los productos y reducir el consumo de energía. Estas estrategias ayudan a las empresas a reducir sus costos de producción y mejorar su imagen.

Gestión de los riesgos y la reputación

También las empresas deben ser conscientes de la creciente presión pública para que sean más sostenibles. Los consumidores son cada vez más conscientes del impacto medioambiental de sus compras y buscan cada vez más empresas que realicen cambios positivos. Por ello, las empresas deben asegurarse de que toman las medidas necesarias para proteger su reputación y evitar el “greenwashing” o lavado verde. El lavado verde es la práctica de hacer afirmaciones falsas o engañosas sobre las prácticas medioambientales o los productos de una empresa con el fin de parecer más sostenible. Las empresas deben ser conscientes del «greenwashing» y tomar medidas para asegurarse de que sus afirmaciones medioambientales son exactas.

El primer paso para las empresas es asegurarse de que sus afirmaciones medioambientales son reales y pueden respaldarse con pruebas. Las empresas también deben asegurarse de que son transparentes sobre sus prácticas medioambientales y revelar cualquier riesgo potencial asociado a sus productos o servicios. Esto ayudará a proteger su reputación y a evitar posibles acusaciones de lavado verde. Además, también deben ser conscientes de las posibles repercusiones del lavado verde en su reputación. Si se descubre que una empresa hace afirmaciones falsas o engañosas, esto puede tener un efecto perjudicial en su reputación y provocar la pérdida de confianza de los consumidores.

Para reducir los riesgos asociados a la reputación, las empresas deben desarrollar estrategias que mitiguen su impacto. El primer paso en la gestión de riesgos es evaluar los riesgos potenciales asociados a distintos factores que incluyen los aquellos económicos-financieros, sistémicos, de mercado, climáticos y reputacionales. Se debe crear un marco de evaluación de riesgos que incluya la identificación de riesgos potenciales, la evaluación de su probabilidad y gravedad, y el desarrollo de planes de contingencia para gestionarlos.

Además, las empresas también deben tener en cuenta las posibles repercusiones en sus cadenas de suministro. A medida que los fenómenos meteorológicos extremos se hacen más frecuentes, o aparecen amenazas globales, tales como ha sido el COVID-19, las empresas deben evaluar los riesgos potenciales para sus cadenas de suministro y desarrollar estrategias para mitigarlos. Esto puede incluir desde la diversificación de los proveedores hasta un abastecimiento más local.

Cambios acelerados en las políticas y normativas sobre sustentabilidad

Las regulaciones y normativas relacionadas con la sustentabilidad están modificando las reglas de juego de la producción y el consumo. Esto tiene una doble cara. Estas regulaciones establecen estándares más estrictos para la producción, el uso de combustibles fósiles y el manejo de desechos, por un lado, pero también hay incentivos que están ayudando a las empresas a reducir su huella de carbono. Las empresas también deben ser conscientes de las posibles repercusiones del cambio de normativas y políticas. A medida que los gobiernos se centran cada vez más en el cambio climático, las empresas deben estar preparadas para los cambios normativos y políticos que se están poniendo en marcha para fomentar el desarrollo sostenible.

Además de conocer las normativas, las empresas también deben considerar cómo pueden utilizarlas en su beneficio. Por ejemplo, los incentivos gubernamentales a las energías renovables pueden ser una gran oportunidad para que las empresas inviertan en fuentes de energía renovables y reduzcan su impacto medioambiental. Del mismo modo, los impuestos sobre el carbono pueden ser un incentivo para que las empresas reduzcan sus emisiones y sean más eficientes.

La importancia de los Trabajos “Verdes”

Las empresas también están invirtiendo en habilidades “verdes” para desarrollar una fuerza laboral más preparada para afrontar los desafíos de la sustentabilidad. Estas habilidades incluyen el uso eficiente de la energía, el manejo de desechos, la producción de energía renovable, el diseño de productos sostenibles, la implementación de estrategias de conservación de agua, entre otras. Estas habilidades ayudan a las empresas a aumentar su eficiencia y reducir sus huellas de carbono.

Nuestra economía global necesita crear millones de nuevos trabajos “verdes”. Hacer un trabajo más verde significa equipar a esos trabajadores con habilidades verdes para que adopten un enfoque más sostenible en sus actividades diarias de trabajo. LinkedIn trabajó para desarrollar una lista de 600 habilidades verdes principales y 400 habilidades relacionadas con trabajos verdes. Esta lista de habilidades categoriza los puestos de trabajo por «intensidad de habilidades verdes» o la extensión en que las habilidades verdes están presentes en el perfil de habilidades promedio para cualquier puesto.

Usando este enfoque, podemos identificar trabajos «verdes» que tienen una alta intensidad de habilidades verdes, así como trabajos «enverdecidos» – trabajos más tradicionales (como la construcción o la inversión) que cada vez se realizan con una mentalidad de sostenibilidad.

Los puestos relacionados con el medio ambiente, la salud y la seguridad (EHS) dominan los puestos de crecimiento más rápido en la categoría Verde. A medida que todos los niveles de gobierno adopten nuevas regulaciones ambientales, los empleadores necesitan personal para garantizar el cumplimiento de esas regulaciones. Del mismo modo, el gobierno y las empresas necesitan comprender mejor cómo las operaciones comerciales e industriales pueden afectar al medio ambiente. El hecho de que los puestos de EHS estén experimentando un alto crecimiento en varios niveles de “seniority” refuerza la importancia de estos roles.

Consumo consciente

Por último, las empresas también deben ser conscientes de las posibles repercusiones del cambio de hábitos de los consumidores. A medida que los consumidores son más conscientes del impacto medioambiental de sus compras, buscan cada vez más empresas que realicen cambios positivos. Las empresas deben tener esto en cuenta y desarrollar estrategias para garantizar que siguen siendo competitivas frente a los cambiantes hábitos de los consumidores.

A medida que el mundo es cada vez más consciente de la necesidad de proteger el planeta, las empresas deben estar preparadas para los retos de un futuro sostenible. Esto incluye comprender los riesgos asociados al cambio climático, tener en cuenta las cambiantes normativas y políticas, y mantenerse a la vanguardia de las últimas tendencias. Tomando las medidas necesarias para prepararse para ser más competitivas y sustentables, las empresas pueden garantizar la continuidad de sus operaciones y la protección de su reputación. En conclusión, el mundo de la sustentabilidad está cambiando rápidamente y las empresas están enfrentando desafíos cada vez mayores para adoptar prácticas sostenibles.

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